BOLIVIA, UN ESTADO PLURINACIONAL
(REFLEXIÓN SOBRE “APUNTES PARA UN ESTADO
PLURINACIONAL”, ESCRITO POR XIMENA SORUCO SOLOGUREN)
¿Cómo aparece el
Estado Plurinacional? ¿Por qué se esperó tanto tiempo? ¿Quiénes son los
responsables? El establecimiento de los Estados como tales fue un proceso que a
lo largo de la historia de la humanidad se ha ido consolidando como una
institución responsable de conducir los destinos de sus ciudadanos, el mundo
alberga Estados con grandes extensiones, con pequeñas extensiones, con muchos
recursos naturales y otros con escasos que representan su riqueza, Estados con
superpoblación y otros con poca población, etc. Nuestro continente fue dividido
de igual manera en Estados diferentes y el nuestro con la particularidad de
albergar muchas culturas o nacionalidades en el occidente; Wankarani, Chiripas, Urus, Chipayas, Tiwanacota, los Inkas, kollas, Aymaras, Viscachani, Quechuas y otros más,
en el oriente; los Guaraní, Arawak,
Ayoreos, Baure, Chiriguanos, Chimanes y muchos más. A ésta realidad cultural se
suman los mestizos y al inicio de la vida republicana, los criollos, siendo
éstos dos últimos los que van a monopolizar por mucho tiempo la administración
del Estado Boliviano desconociendo o dejando en el olvido a esas múltiples
nacionalidades que son los verdaderos dueños de éste suelo. La Autora de
Apuntes para un Estado Plurinacional, Ximena Soruco Sologuren, hace una
reflexión de esta realidad partiendo de la gestión 2000 cuando aparecen dos
proyectos políticos diferenciados, por un lado un Nacionalismo exacerbado,
discriminador y elitista y un Indigenismo que busca la pluralidad, este sector
considerado bárbaro en la colonia, cuya condición no es humana, haciendo
alusión a lo expresado por Aristóteles en su libro Política, donde habla de pueblos bárbaros, de pueblos esclavos
por naturaleza, cuyo destino no es otro que el de ser conquistados y
esclavizados.
Todo el periodo
colonial sirvió para despersonalizar a los originarios de esta tierra y con
instrumentos como la Iglesia, el conocimiento, la codicia, la ambición e
intereses personales los sometieron para extraer sus riquezas y los
esclavizaron para ostentar poder, poder que hasta no hace mucho tiempo lo
siguieron ejerciendo, pues la independencia solo cambio de patrones, los
Criollos se convirtieron en grandes Terratenientes y los indígenas siguieron en
la misma condición. Nuestra vida republicana estuvo marcada por la explotación
minera y las oligarquías que manejaban los hilos del país bajo consignas
maliciosas e intereses personales. El Siglo XX y parte del Siglo XXI, se
caracterizaron por cambios que modificaron la forma de administrar el Estado,
el voto universal, la Revolución del 52, las guerrillas de Ñancahuazu con las
ideas reivindicadoras del Che y la retoma de la democracia en los años 80, no
fueron suficientes para lograr unidad nacional, como lo explica Soruco. Es
paradójico que el proyecto nacional mestizo nacido en 1952 se haya convertido
en un regionalismo nacionalista que sueña un nuevo Estado-Nación, con una única
lengua, cultura y territorio, es decir, la reproducción de la nación moderna
que justifica la guerra de todos contra todos por su ficción de homogenización
(Soruco, pag. 11). Considerando que en Bolivia existen al menos 36 culturas
reconocidas, cuyas nacionalidades con características propias, lenguas
diferentes, al igual que sus tradiciones y ritos, resulta una misión imposible
“homogenizar”, si bien las migraciones internas han modificado ciertos rasgos
culturales, lo esencial permanece y se manifiesta en una exposición de orgullosa
y ponen en evidencia que han soportado al tiempo y a los intereses y que
seguirán existiendo en el futuro. Es evidente que hoy se ha impuesto el
proyecto Político indigenista y que se está poniendo en práctica la
Plurinacionalidad, entendiendo éste concepto como el respeto y tolerancia a los
demás, evitando el racismo el cual está enraizado en nuestra población como lo asegura Loayza, hasta qué punto la etnicidad y la racialidad se
constituyen como interpelantes de la política. Que la pobreza en Bolivia tiene
un rostro indiscutiblemente étnico y la división de clases sociales está
extremadamente marcada por la racialización de sus estratos.[1] Esperemos que
las enseñanzas del pasado iluminen a los que Administran el Estado, generar
estrategias visionarias que permitan lograr la unidad en la pluralidad.
El proyecto político
Indigenista, que busca la pluralidad, esta puesta en vigencia aunque existe
resistencia en su aplicabilidad por sectores tradicionalistas, sectores
elitistas que intentaran retomar el poder.
Es tiempo de buscar
las mejores soluciones en busca de aplacar la discriminación, el racismo, la
desigualdad, el regionalismo y lograr la integración, la inclusión, la práctica
real de la democracia y alcanzar niveles óptimos de desarrollo.
Tcnl. DEM. Jaime
Peralta Zurita
CURSANTE DE LA EAEN.
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